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Los rostros de un imperioActualizado a 14/09/2009
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El retrato no sólo fue la imagen del poder en la cultura romana, sino que su uso se extendió a todas las clases sociales, desde el patricio hasta el liberto, desde el senador al magistrado de una pequeña ciudad provincial. Hombres, mujeres y niños fueron esculpidos para perpetuar su memoria y construir la romanidad, la pertenencia a la cultura romana. Buena prueba de ello es la exposición 'Rostros de Roma' que inaugurará el Museo Arqueológico Municipal de Cartagena Enrique Escudero el próximo 28 de septiembre. "Se trata de una exposición itinerante con más de una treintena de piezas que pertenecen a los fondos del Museo Arqueológico Nacional y que ha sido organizada por la Caja de Ahorros Mediterráneo. Se inauguró en Barcelona y ha recorrido ya varias ciudades, como Alicante, Palma de Mallorca y Valencia", señaló María Comas, directora del Museo Arqueológico Municipal de Cartagena.
La muestra ofrece una oportunidad única para contemplar varios ejemplos de retratos, bustos, cabezas y sarcófagos que desvelan algunos secretos de la sociedad romana. Las obras expuestas cronológicamente abarcan desde el siglo I antes de Cristo hasta mediados del siglo III de nuestra era.
La colección está formada por un excepcional conjunto de quince retratos imperiales de representantes de las dinastías reinantes más importantes del Imperio Romano (Julia-Claudia, los Flavios, los Antoninos y los Severos). Destacan entre estas piezas las extraordinarias estatuas sedentes de la emperatriz Livia y de su hijo y el emperador Tiberio.
A esta primera serie se suma otro conjunto de quince retratos privados, entre los que se incluyen piezas relacionadas con el ámbito funerario, como sarcófagos y estelas.
La muestra está estructurada en tres bloques temáticos. El primero versa sobre los monarcas y los filósofos: marca el punto de partida del género en el mundo griego y su influencia en el retrato romano. En la Grecia del siglo V antes de Cristo surge el retrato fisonómico. Un siglo después el retrato combinará en un equilibrio perfecto expresividad e idealismo, realismo comedido y gusto por el 'retrato de reconstrucción' destinado a inmortalizar autores trágicos, poetas y filósofos. La novedad de la época será la creación del retrato oficial monárquico.
El retrato romano, que se consolida en época imperial, yuxtapone la imagen realista de pensadores ancianos y el retrato monárquico: la combinación del rostro de tradición realista y el cuerpo que sigue las pautas del desnudo heróico.
El segundo bloque se centra en la historia Augustea con retratos de emperadores y miembros de familias imperiales mostrando la función del retrato dentro de la política y la sociedad romana. El comienzo del mandato de Augusto en el año 23 antes de Cristo marca un cambio estilístico en el retrato que perdurará hasta Nerón.
El último apartado, 'Cives Romani', reúne varias obras privadas que muestran que en la época de la República el retrato servía para honrar a los ciudadanos y mantener viva la memoria de los difuntos de familias ilustres.
Fuente: La Opinión de Murcia
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