RODRIGO AMADOR DE LOS RÍOS: LA DEFENSA DEL PATRIMONIO Y LA ARQUEOLOGÍA

Zapata Parra, José Antonio

El día 13 de mayo de 1917 fallecía en Madrid D. Rodrigo Amador de los Ríos y Fernández de Villalta a la edad de 68 años. A lo largo de su vida había asistido a los momentos más convulsos de la historia contemporánea española. Con él moría uno de los pioneros de la arqueología española.

Defensor a ultranza de los monumentos históricos de nuestra nación, a lo largo de su vida antepuso su amor por ellos a cualquier otra cosa. Influenciado por su padre y tío, dedicó su vida a la Edad Media en todas sus facetas artísticas, destacando por encima de todo, en la epigrafía arábiga y la arqueología.

La obra de Rodrigo Amador de los Ríos se puede situar en la gran corriente de la historiografía finisecular decimonónica: el siglo de la Historia¹. De la historiografía romántica heredará:

• El método crítico y la investigación de las fuentes archivísticas y de los autores que le precedieron.
• El aire libre, el espíritu viajero y el trabajo de campo.
• La admiración por los restos arqueológicos romanos y musulmanes, por la arquitectura gótica e islámica, por el medievalismo y por el regionalismo.
• El saber situar la historia local en la perspectiva de la historia general.
• Comparte, con las nuevas tendencias positivistas y reformistas, la admiración por el progreso técnico y comercial (las explotaciones mineras, las fábricas, los ferrocarriles), junto con la crítica por la colonización y por la destrucción de la naturaleza².

1. RODRIGO AMADOR DE LOS RÍOS: VALORES Y PENSAMIENTO.

1.1. Rodrigo Amador de los Ríos (1849-1917).

El día 3 de marzo de 1849³ nacía en Madrid D. Rodrigo Amador de los Ríos y Fernández de Villalta en el seno de una familia acomodada. Hijo del ilustre escritor, literato, historiador y arqueólogo D. José Amador de los Ríos, siempre estuvo rodeado de un ambiente cultural y artístico. Su familia era de origen cordobés y estaba compuesta por literatos e historiadores de renombre. El hermano de su padre era D. Demetrio de los Ríos y Serrano, arquitecto, arqueólogo y escritor, que sería junto con D. José la mayor influencia de nuestro autor. Ambos introducirían a D. Rodrigo en el gusto por la historia y la arqueología medieval islámica.

Como su padre, estudió en el colegio de jesuitas de San Isidro en Madrid. Tras terminar los estudios primarios es enviado a Granada a realizar sus estudios de Bachillerato. En dicha ciudad crecerá su pasión por la arqueología medieval islámica y por la epigrafía arábiga entrando en contacto con uno de los principales arabistas del momento, F. J. Simonet, discípulo de D. Pascual de Gayangos, que por entonces era Catedrático de Árabe en la Universidad de Granada. Durante la carrera también tendrá la oportunidad de entablar relaciones con E. Lafuente Alcántara que también era historiador medieval y epigrafista islámico, al cual reconocerá posteriormente como uno de sus maestros. Durante su estancia en Granada también estudiará una de sus grandes pasiones, el Derecho, matriculándose en la Universidad a la misma vez que hacía Filosofía y Letras. Rodrigo termina el Bachillerato en marzo de 1867 y se licencia en la Facultad de Filosofía y Letras en junio de 1868⁴. Tras licenciarse se marchará a Madrid para ocupar una plaza como ayudante en el Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios con destino en el Museo Arqueológico Nacional. El estallido de la revolución de 1868 en Madrid, provocará su cese como miembro del Cuerpo y su vuelta a Granada, donde termina sus estudios de Derecho, licenciándose en junio de 1869. Al terminarlos, vuelve definitivamentea Madrid.

En Madrid trabajará durante seis años en el bufete de abogados del Excmo. Sr. D. José María Fernández de la Hoz, que había sido Ministro de Gracia y Justicia⁵. Durante este período publicará sus estudios sobre la propiedad literaria.

En la primavera de 1875 vuelve a ser reintegrado en el Cuerpo con su destino anterior⁶. Se encargó desde entonces de las antigüedades arábigo-españolas y mudéjares en el Museo Arqueológico Nacional hasta su jubilación en 1916.

Durante la segunda mitad de la década de los setenta, compaginará sus labores en el museo con su actividad docente en la Universidad Central de Madrid, en la que dará clases como profesor auxiliar de Historia Crítica de la Literatura Española. Así mismo, será académico y profesor de la Academia de Jurisprudencia y Legislación, dando a luz su Proyecto de Ley de Propiedad Literaria en 1877.

En este momento de esplendor profesional es cuando publica sus obras epigráficas sobre Sevilla (1875) y Córdoba (1879),y cuando es comisionado por el gobierno para la recogida de todas las inscripciones árabes de España y Portugal (1883). Tras éstas obras realiza varios elencos monumentales de la serie España: monumentos y artes, su naturaleza e historia, como son los de Burgos (1888), Murcia y Albacete (1889), Huelva (1891) y Santander (1891)⁷. Todas estas obras le valdrán el reconocimiento intelectual e institucional siendo elegido individuo de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1891 y correspondiente de otras muchas corporaciones literarias y científicas, tanto españolas como extranjeras. Durante los años siguientes la producción científica de Rodrigo será muy intensa, escribiendo libros y artículos epigráficos, históricos, arqueológicos y artísticos en numerosas revistas especializadas.

En 1911 es elegido Director del Museo Arqueológico Nacional tras 36 años trabajando en él, sustituyendo a D. Juan Catalina García López. Durante el tiempo que desempeñó la dirección (1911-1916), preparó dos nuevos salones para las antigüedades de las civilizaciones orientales y tres para el valiosísimo donativo del marqués de Cerralbo; hizo construir numerosas vitrinas para diferentes instalaciones y comenzó el catálogo del establecimiento, que enriqueció con un crecido número de objetos cedidos graciosamente a sus instancias. En 1916, a la edad de 67 años y tras haber estado en el Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos durante 41 años se jubila, dando paso en la dirección del Museo a D. José Ramón Mélida.

Figura 1.- D. Rodrigo Amador de los Ríos y Fernández de Villalta. M.A.N. 1912.

Tras su jubilación reglamentaria por edad, el 4 de marzo de 1916, se le confirió la dirección del Museo de Reproducciones Artísticas, como también se había hecho anteriormente con D. Juan de Dios de la Rada y Delgado en 1900, cargo que ocuparía hasta su muerte, acaecida un año después. Fallecería en Madrid, el domingo 13 de mayo de 1917⁸.

1.2. En defensa del patrimonio y la arqueología: valores y pensamiento.

En el análisis de la situación arqueológica de España a finales del siglo XIX hay que tener en cuenta el marco político, social, institucional y legislativo del momento⁹. Desde finales de la década de los setenta y principios de los ochenta se produce un cambio de actitud en la Arqueología, que desde su anterior visión geológica se acerca a una visión más histórica. Las causas de esta nueva orientación hay que buscarlas en el desarrollo del Nacionalismo en Europa, que tuvo su reflejo en la arqueología, expresándose en un interés mayor hacía épocas más recientes de la historia antigua; así como por un cierto rechazo ante las ideas de progreso y por su separación de la antropología y etnología, donde se había enmarcado la arqueología evolucionista¹⁰. Así mismo, la arqueología española desde el siglo XIX hasta la 1ª Guerra Mundial estaba enmarcada en tres instituciones básicas: las instituciones monárquicas heredadas del Antiguo Régimen (las Reales Academias de la Historia y de Bellas Artes de San Fernando); en segundo lugar en las instituciones del Estado Liberal (Comisiones Central y Provinciales de Monumentos y el Museo Arqueológico Nacional); y en tercer lugar las instituciones privadas (las Sociedades Arqueológicas)¹¹. Rodrigo pertenecía a las tres, era individuo de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, estuvo destinado a través del Cuerpo facultativo de Archiveros, Bibliotecario y Anticuarios en el Museo Arqueológico Nacional, del que sería director; y fue comisionado en varias ocasiones para la salvaguarda y estudio de monumentos a través de sociedades privadas (arqueológica de Toledo, de Excursiones, etc.). Desde esa posición Rodrigo Amador de los Ríos realizará su defensa del patrimonio monumental y arqueológico de España:

“A medida que la civilización avanza y las poblaciones se modernizan, los testimonios arqueológicos y las memorias históricas van poco a poco desapareciendo, y los monumentos erigidos en pasadas edades son destruidos por la codicia, por el abandono y por la indiferencia; factores todos que, aislada o conjuntamente, salen siempre al encuentro de quien pretenda en nuestros días estudios de cierta naturaleza¹²”

Codicia, abandono, indiferencia son los factores que esgrime Rodrigo cuando habla sobre el patrimonio arqueológico en España. Y es que, Rodrigo se va a convertir, desde su posición, en un abanderado y defensor del monumento. Desde su entrada en el Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios y su posterior entrada a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando se entregó en cuerpo y alma a la salvación de los monumentos y a la crítica de aquellos que los destruyen o los venden. Para ello utiliza como medio, artículos en revistas especializadas y la prensa. En sus publicaciones atacará duramente a ediles y concejales, al ministro de Instrucción Pública y a restauradores. Entre los temas tratados se centra en la defensa de los edificios históricos, en su destrucción y abandono, y en la venta de reliquias.

En unos momentos en los que la Iglesia se encuentra denostada, la venta de reliquias será una de las soluciones a las necesidades de la misma. Rodrigo se percata de esto e insta al ministro de Fomento a que impida dicha situación, ya sea a través de la promulgación de una ley, o a través de la compra de reliquias para el Museo Arqueológico Nacional. Pero no sólo desaprueba la venta de reliquias por parte de la Iglesia, sino también la de particulares o de la administración, que a veces simplemente da la espalda al monumento en busca de ese “progreso” económico que no provoca más que la pérdida de una conciencia y memoria histórica en el pueblo.

En su defensa del patrimonio, nuestro autor arremete contra todo aquel que sea una amenaza para el mismo. Concejales, ediles y ministros serán criticados por sus actuaciones con respecto al patrimonio histórico. Rodrigo, en ningún momento está en contra del progreso urbanístico de una ciudad, pero sí está en contra de la destrucción de esas reliquias por el mero poder lucrativo. En 1896, en la Ilustración Española y Americana, Rodrigo narraba de esta forma la destrucción masiva de monumentos en la ciudad de Córdoba:

“No otra cosa sucede en orden á uno de los monumentos más característicos en la antigua ciudad de los Califas (la Torre de la Mal-Muerta), que más han movido la fantasía popular apareciendo ante ella como indescifrable enigma, y que ha estado próximo a desaparecer bajo la piqueta demoledora del imperante y poco respetuoso Municipio, el cual, en vez de dar comienzo á su obra destructora, pudo y debió cuidar de la conservación de aquella reliquia, que en realidad a nadie estorba, y que surge solitaria.

De cualquier modo que sea, conveniente es que, en medio de la libertad que deben gozar los municipios, se ataje el inmoderado afán de las innovaciones inútiles, que cambia sin necesidad el aspecto de las poblaciones, y sobre todo en Andalucía¹³”.

Por encima de todo, Rodrigo, defiende al monumento; olvidados unos y abandonados otros, no desea su desaparición. El monumento es para Rodrigo el que da significado a una ciudad y espíritu a un pueblo, de ahí, que una y otra vez predique y llame la atención sobre ellos, advirtiendo su destrucción y alentando a las administraciones a que luchen por ellos¹⁴.

La destrucción y el abandono de los monumentos será el verdadero quebradero de cabeza para nuestro autor. Una y otra vez afronta este tema en numerosos artículos con la intención de darlos a conocer y esperar que alguien luche por ellos desde la administración, principalmente provincial. Monumentos como las murallas de Niebla (Almería), el faro romano de Torrox (Málaga) o edificios mudéjares de Toledo,… se encontraban en ese estado.

Rodrigo tampoco deja de lado en su obra el tema de la restauración, ya sea de esculturas o de edificios. En más de una ocasión critica la mala restauración llevada a cabo:

“Lastima grande que no sea restaurada cual merece, y que no sea puesta en lugar donde pueda ser admirada por los inteligentes, como lo sería, por ejemplo, si fuese depositada en los salones del Museo Arqueológico Nacional, como nosotros deseamos, y como pide la singularidad del Monumento”¹⁵.

Como especialista que es en el mundo hispano-musulmán tendrá disputas intelectuales con diversos autores, algunas de ellas con cariz político de por medio. Nuestro autor era un seguidor de la generación del 98 y como tal estaba muy concienciado en el sentimiento nacional. En estos términos se dirige a autores catalanes que se dejan llevar por su ferviente nacionalismo histórico, haciendo de su historia pasada puro subjetivismo en función de sus necesidades:

“Ya que los escritores catalanes muestran tan natural como ferviente predilección por cuanto pueda atestiguar en algún modo á través de los tiempos la personalidad de Cataluña, no será mucho pedirles fijen su atención alguna vez en otras personalidades que en España existieron, á fin de conocerlas y de no incurrir en errores, que ellos han de ser los primeros en condenar y corregir, procediendo honrada y notablemente, como precedieron sus antepasados en aquellos días azarosos en que, al sacudir la dependencia de los reyes francos, lograron reconstituir un Estado libre, poderoso, lleno de vigor y de vida, que al fin vino a integrar la nacionalidad española”¹⁶.

A lo largo de sus viajes por las distintas regiones de España, Rodrigo tropezó innumerables veces con reliquias arqueológicas dignas de cualquier museo. Durante toda su vida intentó comprarlas para el Museo Arqueológico Nacional, y aún cuando no dispuso de recursos materiales, que fue la mayor de las veces, intentó convencer a los propietarios, ya fueran o no amigos, de que las donasen para que no se perdieran. En algunos casos lo consiguió y en otros no; pero muy a pesar de ello, la labor de Rodrigo y su amor por la arqueología salvó innumerables piezas que hoy se encuentran expuestas en los diferentes museos arqueológicos de España.

Entre las reliquias salvadas por Rodrigo hay que destacar: la portada románica de la iglesia del Convento de San Pedro de Arlanza (Burgos); la piedra gorronera hispano-musulmana del período de los reyes Taifas hallada en el Convento de Santa Fe de Toledo; torso de escultura romana hallada en Cartaza (Málaga); busto de alabastro hallado en Antequera (Málaga); trozo de esfinge ibérica hallada en Aldea de la Cueva (Albacete); esfinge ibérica de Bazalote (Albacete); esfinge ibérica hallada cerca del Cerro del Minguillar (Albacete); fragmento de monumento funerario romano hallado en Niebla (Almería); cátedra episcopal procedente de la Iglesia de San Martín de Niebla (Toledo); placa de mármol encontrada en el Convento de Madre de Dios en Baena (Córdoba); Brocal mudéjar de aljibe, en barro, vidriado y esmaltado de verde hallado en Toledo; diferentes lápidas, estelas y cipos funerarios con y sin epigrafía arábiga hallados en Lorca (Murcia), en Porcuna (Jaén), etc., capiteles romanos y arábigos, etcétera¹⁷:

“Repasando mis cuadernos de apuntes y la colección de negativas y positivas fotográficas que poseo, no me sería fácil formular larga lista; pero bastante con lo indicado, pues acaso, como deseo, sirva para que los objetos amenazados, ó en riego de desaparecer, sean salvados.”¹⁸

Figuras 2.- Reliquias estudiadas y salvadas de su venta y desaparición por D. Rodrigo Amador de los Ríos.

En definitiva, la lucha que por la arqueología y por el patrimonio histórico llevó a cabo nuestro autor es unreflejo claro del estado de la ciencia arqueológica a finales del siglo XIX y comienzos del XX:

“Hoy, que existen tantas Sociedades, subvencionadas o no por el Estado, y que procuran la conservación demonumentos y estudio de las Artes y de las Industrias de todos los tiempos; hoy, que existe una ley de Excavaciones y antigüedades, -que carece de sanción penal, que nadie cumple y que es en ocasiones de aplicación práctica imposible; hoy, que parece inspirar interés en ciertas clases sociales las antiguallas; no será mucho llamar la atención de quien puede (si tienen la fortuna de ser leídas por el Ministro del ramo), para evitar el despojo de que es victima incesante España con relación a su caudal arqueológico, tan desatendido en el Presupuesto y tan olvidado en él, aunque la experiencia me tiene constantemente demostrado que toda voz en defensa de aquel caudal es, por desventura, vox clamantis in deserto.¹⁹”

2. SU OBRA: LA ACTIVIDAD EDITORIAL, LAS EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS Y LA EPIGRAFÍA ARÁBIGA.

2.1. Su actividad editorial.

La obra científica de Rodrigo Amador de los Ríos abarca una gran cantidad de temas, lo que implica una definición diversa de su figura. Se le ha definido como escritor e historiador, y más recientemente como arabista²⁰. Todas ellas acertadas; pero si analizamos su producción bibliográfica pronto destacamos un gran número de publicaciones dedicadas al mundo del arte y de la arqueología.

Aunque nuestro autor simultaneó estos estudios de muy diversa temática, dos fueron los hilos conductores de toda su obra: la Arqueología y la época medieval. Sobre ellos giraron casi todas sus publicaciones, ya fueran históricas, epigráficas o culturales. Rodrigo se convertía en el primer arqueólogo medieval español, utilizando tanto las fuentes clásicas, árabes o cristianas, como las ciencias auxiliares: la epigrafía y la excavación arqueológica.

Así mismo, realizó estudios artísticos de monumentos edilicios²¹, ya fueran casas, palacios o iglesias pero siempre desde la óptica arqueológica y apoyándose en su conocimiento de la epigrafía y las fuentes documentales. También realizó estudios sobre el mundo romano y moderno, aunque en menor medida.

Figuras 3 y 4.- Portada de la obra Burgos, perteneciente a la serie España: sus monumentos y artes, su naturaleza e historia; y Catalogo de los Monumentos históricos y artísticos de la provincia de Albacete, aún hoy inédito. En la fotografía se observa la letra de nuestro autor.

Su medio habitual para publicar fueron las revistas especializadas y la prensa ilustrada, quedando en un segundo lugar las monografías. Escribió una veintena, alguna de ellas, aún hoy inéditas, entre los que destacan dos grandes temáticas: la epigrafía y los catálogos monumentales e históricos.Su primer libro lo publica en 1875, tras su vuelta al Cuerpo de Archivos, Bibliotecas y Museos. Se trata de las Inscripciones Árabes de Sevilla, en el que encontramos una carta-prólogo de su padre. A dicho compendio le seguirán otros tres estudios epigráficos, que le reconocerán como el mayor experto en epigrafía árabe de final de siglo: Inscripciones árabes de Córdoba, en 1879; Museo Arqueológico Nacional: memoria de algunas inscripciones y Memoria acerca de algunas inscripciones arábigas de España y Portugal en 1883.

La recopilación y estudio de las inscripciones arábigas le llevaron a recorrer toda la península, haciéndole un gran conocedor de diferentes regiones. Ello, unido al reconocimiento de sus obras, le llevó a participar en la colección: España: sus monumentos y artes, su naturaleza e historia, editada por Daniel Cortezo en Barcelona en las últimas décadas del siglo XIX. En 1888 publica el volumen de Burgos²²; tras él llegarían los de Murcia y Albacete²³, Santander²⁴ y Huelva²⁵.

En 1891, Rodrigo entra a formar parte de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, lo que provoca un incremento de su actividad editorial. Es en estos momentos cuando publica, en 1893, su obra Trofeos Militares de Reconquista. Estudio acerca de las Enseñas musulmanas del Real Monasterio de las Huelgas (Burgos) y de la Catedral de Toledo, que dedica a la reina regente Dª María Cristina Reneiro a causa del certamen histórico celebrado con motivo del cuarto centenario del descubrimiento de América.

Durante más de quince años Rodrigo no volverá a publicar un libro. No obstante su producción literaria no cesa, y son numerosos los artículos sobre arqueología, epigrafía e historia que realiza para revistas especializadas. Rodrigo esta demasiado ocupado en la redacción de informes y la realización de comisiones para la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, algunos de ellos publicados en el Boletín de la misma.

A finales de la primera década del siglo XX Rodrigo vuelve a las grandes obras escritas participando en el Catálogo de los Monumentos histórico artísticos de la Nación. Rodrigo se encargaría de las provincias de Málaga, Huelva, Albacete y Barcelona. De ellos sólo el de Huelva fue publicado en 1909, el resto permanecen inéditos²⁶.

En 1911 Rodrigo es designado director del Museo Arqueológico Nacional, en el que permanecerá al frente hasta su jubilación en 1916. Durante estos años, sus publicaciones son prácticamente arqueológicas, destacando sus monografías referentes a las excavaciones practicadas en el Anfiteatro de Itálica en 1915²⁷ y en Toledo en 1916²⁸ de las que asumió su dirección.

Aparte de las publicaciones a las que hemos hecho referencia, su medio principal fue la revista especializada. Rodrigo a lo largo de su vida escribirá unos 200 artículos y todos ellos en menos de 10 revistas o periódicos. Al realizar un estudio de las revistas y diarios en los que escribe se observa una continuidad y posterior ruptura con ellos. Comienza a publicar en una revista, y a ella entrega sus estudios hasta que la misma desaparece o él entra a formar parte de una nueva institución. Las revistas en las que publica son: Museo Español de Antigüedades; Revista de España; Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando; La Ilustración Española y Americana; Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos; España Moderna; Boletín de la Sociedad Española de Excursionistas; Boletín de la Sociedad Arqueológica Luliana; Boletín de la Sociedad Arqueológica de Toledo y en el Boletín architectonico e de archeologia de la Real Asociçao dos Archirectos e Archeologos portuguezes.

Figura 5.- Portada de la revista La Ilustración Española y Americana publicada en julio de 1902 y en la que se representa la Puerta del Sol en Toledo, objeto de estudio de Rodrigo Amador de los Ríos.

Rodrigo fue un escritor y viajero incansable, publicando prácticamente hasta su fallecimiento en 1917. Recorrió numerosas capitales y ciudades de la Península. Sin embargo, tras un análisis de su obra, se puede apreciar que las ciudades sobre las que más publica son las más cercanas a sus temas de investigación: sobre Toledo publica un total de 39 artículos, principalmente sobre historia y arqueología medieval islámica; le sigue Madrid, donde residía, de ella publica un total de 29 artículos de diversa temática, principalmente artística e histórica, sobre arqueología publica en función de los restos contenidos en el Museo Arqueológico Nacional. A Madrid le siguen las principales ciudades andaluzas donde se conservan más restos de la cultura hispano-mahometana: Córdoba (19), Sevilla (13) y Granada (15). Otras ciudades sobre las que publican son Murcia (7), Cataluña (5), Huelva (4), Almería (3),Málaga (3), Burgos (3), Marruecos (3), Palencia (2), Santander (2), Albacete (2), Mérida (2), Guadalajara (2), y Zaragoza (1), León (1), Astorga (1) y Jaén (1).

2.2. Las excavaciones arqueológicas.

No será hasta 1911 cuando Rodrigo se ponga al frente de una excavación arqueológica, año en el que sería elegido como director del Museo Arqueológico Nacional y año en el que aparece la Ley sobre Excavaciones y Antigüedades. Hasta ese momento Rodrigo había actuado como arqueólogo desde el Museo, donde estaba destinado desde su entrada en al Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios, y sus trabajos habían sido principalmente los de dar a conocer las piezas descubiertas recientemente que llegaban al Museo y la de defensor del patrimonio histórico y arqueológico a través de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Su aportación a la redacción de la Ley, le llevaría a ser nombrado por la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades, director de las excavaciones arqueológicas de Itálica y de las realizadas en la ciudad de Toledo.

En 1911 era designado por la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades para dirigir a cuenta del Estado los trabajos arqueológicos del anfiteatro de Itálica. Durante ese primer año Rodrigo estudió detenidamente los restos del mismo y la problemática de su excavación. Como resultado de esos estudios publicó en ese mismo año dos artículos: Itálica. El misterio de su destrucción y su ruina y en Toledo en 1916²⁹ e Informe sobre la declaración de monumento nacional de las ruinas de Itálica³⁰. En el primero de ellos realizaba un estudio de los restos que podían verse a simple vista y de cómo habían llegado a ese estado. Para ello recoge todas las noticias y estudios que sobre el anfiteatro existían, llegando a la conclusión de que el estado actual en que se encontraba el anfiteatro era consecuencia de la intervención arqueológica realizada por su tío Demetrio en 1862 y por el abandono de dicho monumento a las crecientes crecidas de las ramblas que lo inundaban. En la segunda publicación, presentó un informe a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando con la valoración de las ruinas del anfiteatro y la necesidad de declararlo monumento nacional para su salvaguarda.

Figura 6.- Vista general del anfiteatro de Itálica tras las excavaciones de Rodrigo.

Prácticamente cincuenta años después que su tío D. Demetrio de los Ríos, Rodrigo se hacía cargo de dicho monumento tomando como base el trabajo cosechado por su pariente, al que ya nadie recordaba en la zona a pesar de sus esfuerzos. Con estas palabras honra Rodrigo la memoria a su tío:

“Habíase borrado ya de la memoria de todos, con el lapso del tiempo, el recuerdo de las practicadas con tanto acierto como fortuna por mi amado pariente D. Demetrio de los Ríos, y creíase por la generalidad de las gentes, como aún se sigue creyendo, de buena fe sin duda, que tal y como aparecía a la sazón el “despedazado” edificio así había subsistido desde su destrucción en época no señalada, y a través de los períodos visigodo, musulmán y cristiano de la Reconquista, hasta los días presentes, no habiendo en ninguna parte de las ruinas indicación alguna de las obras costeadas por la Diputación Provincial y dirigidas por D. Demetrio de los Ríos, cuyo nombre suena allí como extraño, cuando tanto le debe el monumento, y en el debías estar en honrosa forma conmemorado.”³¹

En 1916 la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades designa a nuestro autor los “trabajos de exploración y excavación en el llamado Cerro de la Virgen de Gracia”³² en Toledo. El objetivo de dichas intervenciones era comprobar la existencia de parcelario urbano de origen islámico en la zona, ya que la exploración de las casas que daban a dicha calle tenían un origen bajomedieval.

En ese mismo año, también realizaría las excavaciones en el Cementerio de los Moros en Toledo. La disposición de las tumbas alertó a Rodrigo de que no se encontraba en un cementerio islámico. Rodrigo termina la excavación a finales de año, llegando a la conclusión de que los enterramientos podían pertenecer a los enfermos del hospital de San Antón que fue construido cerca de dicha hondonada a mediados del siglo XIV.

Figura 7.- Planimetría de la excavación en el Cementerio de los Moros elaborada por D. Rodrigo.

2.3. La epigrafía arábiga.

Junto con la arqueología, la gran especialidad de Rodrigo Amador de los Ríos es la epigrafía arábiga. Es indudable que la formación de Rodrigo estuvo condicionada desde su nacimiento por su erudita familia; y no es que fuera una obligación dedicarse al mundo de las artes pero la vocación se lleva en el interior, y el reflejo de su padre y su tío, así como el círculo de amistades que lo rodearon en su infancia le abrieron la curiosidad y el apetito por esa parte de la Historia de España defenestrada por las instituciones españolas. A ello, por supuesto, también contribuyó esa moda romántica por la Edad Media y por Oriente.

Aunque Rodrigo nacerá en Madrid, su formación académica la realizará en Granada, último reducto musulmán en España. Allí entra en contacto con los principales investigadores y eruditos del mundo árabe: D. Pascual de Gayangos, Simonet, Lafuente Alcántara, F. Fernández y González, entre otros.

Rodrigo que pronto se decantó por el estudio del arte musulmán realizó su carrera en Granada, licenciándose en la Facultad de Filosofía y Letras en 1868³³. Durante su etapa universitaria comenzó sus estudios de árabe, que le fueron impartidos por Simonet, Catedrático de la Universidad de Granada.

Tras su período granadino marcha a Madrid donde entra a formar parte del Cuerpo de Archiveros. A la vez comienza a dar clases en la Universidad Central de Madrid, donde entra en contacto directo con Pascual de Gayangos, Moreno Nieto y F. Fernández y González, que serán los precursores del Corpus Inscriptionum Hispaniae Muhammedanae.

A esa formación académica hay que añadir la familiar, tanto su padre José, como su tío Demetrio continúan sus investigaciones sobre el arte mudéjar y los monumentos musulmanes en tierras andaluzas. Esta influencia familiar junto al contacto directo con materiales en el Museo Arqueológico Nacional avivarán ese deseo por el arte musulmán, y en concreto por la epigrafía arábiga.

Su primera obra es las Inscripciones Árabes de Sevilla, publicadas en 1875. Para realizar el compendio se marchará durante una temporada a Sevilla, alojándose en casa de su tío Demetrio Amador de los Ríos, que por aquel entonces era Vicepresidentede la Comisión de Monumentos de la provincia de Sevilla. La obra fue pionera al recoger esas inscripciones contenidas en los edificios mudéjares. El estilo mudéjar había nacido hacía pocos años como estilo arquitectónico y artístico, siendo pioneros en su estudio su padre ysu tío. José, publicaría en 1859 la obra titulada El Arte Mudéjar, y Demetrio la obra Monumentos árabes y mudéjares de Sevilla, aún hoy inédita, y que sin duda sería la base de las Inscripciones publicadas por Rodrigo.

En 1880 se publicó su segundo gran compendio epigráfico, las Inscripciones Árabes de Córdoba. Siguió el mismo planteamiento que en las de Sevilla, añadiendo un estudio histórico-crítico de la Mezquita Aljama. Antes de la publicación de las Inscripciones Árabes de Córdoba, Rodrigo publica un pequeño artículo en el que recoge las inscripciones del Museo Arqueológico Nacional y la Real Academia de la Historia³⁴, y un estudio epigráfico sobre la Lapida arábiga de la Puerta de las Palmas en la Catedral de Córdoba en 1875.

Todos estos primeros ensayos no fueron sino el primer intento de crear el Corpus Inscriptionum Hispaniae Muhammedanae. Así lo atestigua el propio Amador en su artículo sobre Epigrafía arábigo española: piedras prismáticas tumulares de Almería publicado en 1905. El estímulo de maestros como D. Pascual de Gayangos y D. Emilio Lafuente y Alcántara hizo germinar en el ánimo de Rodrigo y otros arabistas, seguir los pasos del eminente epigrafista latino Hübner y crear un corpus de inscripciones árabes de la península similar al Corpus Inscriptionum Latinarum. Sin embargo, el proyecto no llegó a buen puerto, y el barco se hundió antes de llegar a su destino:

“Pues en tal empresa nos atrevimos á poner la mira á la sazón, cuando la juventud nos sonreía. Los años han pasado: las contrariedades, los desengaños y las desilusiones han venido con ellos, echando por tierra propósitos tan amorosamente concebidos. Trabajos de otra índole han suscitado y solicitan de continuo y actualmente nuestra atención, llevándonos por distintos derroteros, y considerando que el empeño no debe estar reservado para nosotros, renunciamos hace tiempo a él, bien que no sin pena, con la esperanza de que no faltará algún día quien lo realice, con más éxito y mayor ventura.”³⁵

El Ministro de Fomento se hizo eco de tan grandioso proyecto que en 1875 y 1877 confía una comisión a Rodrigo para realizar un estudio de las inscripciones conservadas en España, fruto de la cual fue la Memoria de algunas inscripciones arábigas de España y Portugal, publicada en 1883 por el Museo Arqueológico Nacional. El resultado de sus primeros ensayos fueron las publicacionesde las inscripciones de Sevilla en 1875 y de Córdoba en 1880. Comisionado por las Reales Ordenes de 8 de julio de 1875 y 30 de junio de 1877 para el reconocimiento y estudio de las inscripciones árabes de España y Portugal, Rodrigo se embarcó en un gran proyecto que le llevó por las distintas ciudades de la península en busca de las numerosas inscripciones que aún se conservaban de tiempos musulmanes.

Su pasión por la arqueología y por la epigrafía, le empuja con ilusión en esta nueva tarea, ya que en tan pocos lugares como en la península hay una abundante riqueza para las investigaciones arqueológicas, y en especial por lo que se refiere a epigrafía. Aunque es consciente del panorama de los estudios epigráficos, abundantes en la epigrafía latina y escasa en el musulmán, Rodrigo se plantea como finalidad y objetivo que el estudio de la epigrafía árabe ayude a aclarar los monumentos históricos confusos, engrandeciendo la Historia de España. Esa idea de universalidad histórica que le mueve le embarcará en un viaje sin retorno que le convertirá en el mejor epigrafista árabe de su tiempo.

Figura 9.- Portada de la Memoria acerca de algunas inscripciones arábigas de España y Portugal (1883).

3. RODRIGO AMADOR DE LOS RÍOS Y LA PROVINCIA DE MURCIA.

Latín, árabe, castellano y francés, todo un derroche de erudición por parte de Rodrigo Amador de los Ríos, que es sin duda, el precursor en nuestra provincia de un tipo de estudios en los que se dan de la mano la arqueología y las fuentes clásicas.

La obra de nuestro historiador en relación a la provincia de Murcia es corta pero intensa. En esta intensidad es donde radica la importancia de su obra para los historiadores murcianos en la actualidad, especialmente si los estudios son de carácter medieval islámico y moderno. Son cinco los estudios publicados que tiene sobre nuestra región: tres artículos de carácter epigráfico, referentes a la ciudad de Murcia y de Lorca³⁶; un estudio sobre la Vera Cruz de Caravaca y su capilla a finales del siglo XV³⁷; y su gran obra Murcia y Albacete³⁸.

La mayor aportación de Rodrigo Amador de los Ríos a nuestra provincia fue la de crear una conciencia histórica propia. A lo largo de sus estudios ysus obras intentó esbozar una imagen nítida y continua de lo que debieron ser los tiempos pasados en la provincia de Murcia. Abandona el culto a las leyendas, muy usual en la historiografía dieciochesca, para introducirse con rigor en el estudio histórico y arqueológico de Murcia a través de las fuentes literarias (árabes y cristianas). Poseyó la virtud de llevar al lector por un recorrido histórico local pero inserto en la historia nacional tan fuertemente influyente en el siglo en el que escribió.

Figura 10.- Portada de la obra Murcia y Albacete publicada en 1889.

Sus aportaciones son:

• Fue el primero en reunir todas las obras que hablaron de Murcia, uniéndolas y realizando una historia lineal con ellas.
• Recopiló toda la epigrafía romana existente sobre Cartagena y sus alrededores.
• Analizó la epigrafía islámica de la provincia insertándola en sus estudios sobre la historia de la escritura monumental árabe de España.
• Fue el primero en darnos una imagende la ciudad de Murcia tal como fue en época islámica (murallas, puertas, barrios, etc.) y en época cristiana, analizando y estudiando edificios civiles y religiosos (catedral, palacios, etc.).
• Divulgó la fecha de fundación de la ciudad de Murcia.
• Analizó y publicó por primera vez el texto de la capitulación de Teodomiro, así como diversos textos árabes inéditos.
• Fue el primero también en realizar un estudio etnográfico de nuestra tierra, defendiendo la Huerta como eje vertebrador de nuestra historia local, analizando las costumbres y tradiciones murcianas.

4. CONCLUSION.

A lo largo de los anteriores puntos nos hemos acercado a la vida y pensamiento de nuestro autor a través de su obra, que sin duda es prolífica en cuanto al número de publicaciones y diversa en su contenido. A continuación citaremos las aportaciones más destacables que Rodrigo Amador de los Ríos legó a la Historia:

a) A nivel arqueológico y epigráfico, su labor en el Museo Arqueológico Nacional, ya sea como ayudante o posteriormente como director, le pondrán en contacto con numerosas piezas arqueológicas que serán estudiadas y publicadas por primera vez. Adquiere piezas y reliquias para el museo y realiza los primeros catálogos del mismo, y sobre todo elabora informes para que numerosos yacimientos y restos arqueológicos de España sean salvados de la destrucción y el abandono. Será uno de los redactores del proyecto de ley en materia arqueológica, que posteriormente será publicado en 1911, y sobre el que se regirá la arqueología del siglo XX hasta su último tercio.En cuanto al estudio de la epigrafía arábiga, es el primero en realizar una historia de la escritura monumental en España, recogiendo para ello todas las inscripciones existentes y publicándolas en 1883. Es el primero en apuntar la existencia de varios tipos de escritura árabe, no solo la cúfica y la cursiva, sino también la que el denomina mudéjar, así como las variantes de las anteriores y las diferencias locales que existen entre ellas. También es el primero en publicar las inscripciones árabes de Córdoba y Sevilla, así como las contenidas en el Museo Arqueológico Nacional.

b) A nivel histórico, la mayor aportación de nuestro autor es realizar la historia universal de varias provincias a partir de estudios locales. Para ello, Rodrigo Amador de los Ríos estudia todos los escritos que sobre una región existen, para después sintetizar todos los conocimientos adquiridos, que junto a las nuevas noticias y estudios aportados por él, dan lugar a esa historia global con matices de universalidad, que se insertan en la Historia de España. En sus obras el protagonista es el lugar, los monumentos y los acontecimientos.

c) A nivel artístico, su mayor aportación es desarrollar el estilo mudéjar, creado por su padre años antes. A través de diferentes estudios tanto de carácter monumental como arqueológico y epigráfico demuestra la existencia de dicho estilo en ciudades como Sevilla, Córdoba y Toledo.

Todos los estudios arqueológicos, históricos y artísticos de nuestro autor tienen como fin el patrimonio y la cultura. Denunciará una y otra vez la venta de reliquias, el abandono de yacimientos arqueológicos y monumentos, la presión urbanística y su influencia en el deterioro del patrimonio; acusará a concejales y ministros, todo cuanto sea necesario para la conservación del monumento y del patrimonio español; y aunque en más de una ocasión su voz no sea escuchada, su lucha y su tesón, lograrán salvar y dar a la ciencia arqueológica y al patrimonio el respeto que merecen, pues las considera como salvadoras de nuestra cultura e identidad.

5. BIBLIOGRAFÍA DE RODRIGO AMADOR DE LOS RÍOS.

Libros

1872.-

AMADOR DE LOS RÍOS, R.: Un juego de ajedrez. Leyenda árabe-granadina, Madrid, 1872.

1875.-

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AMADOR DE LOS RÍOS, R.: Lapida arábiga de la Puerta de las Palmas en la catedral de Córdoba, Madrid, Imp. De Arivar y Cª, 1875.

1878.-

AMADOR DE LOS RÍOS, R.: Proyecto de Ley de Propiedad Literaria, Madrid, 1878.

1880.-

AMADOR DE LOS RÍOS, R.: Inscripciones árabes de Córdoba. Precedidas de un estudio histórico-crítico de la Mezquita Aljama, Madrid, Imp. de Fortanet, 1880, XXVIII + 432 págs., +20 láms., 23 cm. Dejo inéditas las de Toledo, y Almería.

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1885.-

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1888.-

AMADOR DE LOS RÍOS, R.: España: sus monumentos y artes. Burgos, Barcelona, Tip. Edit. Daniel Cortezo y Cía., 1888, 1072 págs. con fotograbados y fototipias, 24 cm.

1889.-

AMADOR DE LOS RÍOS, R.: España: sus monumentos y artes. Murcia y Albacete, Barcelona, Imp. "Establecimiento tipográfico-editorial de Daniel Cortezo y Cª", 1889, 792 págs. con fotograbados y fototipias, 24 cm.

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1909.-

AMADOR DE LOS RÍOS, R.: Catálogo de los monumentos históricos y artísticos de la provincia de Huelva, 2 vols., folio, manuscrito y dos ilustraciones, 1909.

1912.-

AMADOR DE LOS RÍOS, R.: Catálogo de los monumentos históricos y artísticos de la provincia de Albacete, 2 vols., folio, ms. y dos de ilustraciones, 1909. (Inédito).

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Artículos

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AMADOR DE LOS RIOS, R.: "¡Viva España!", IEA, 6, 1903, 102.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Monumentos mahometanos en Toledo", IEA, 23, 1903, 378.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "La sinagoga mayor de Brihuega (Guadalajara)", IEA, 34, 1903, 171.

AMADOR DE LOS RÍOS, R.: "Antonio Pérez, episodio madrileño de la invasión francesa", IEA, 38, Madrid, 1903, 227.

125. AMADOR DE LOS RIOS, RODRIGO, "El Museo Arqueológico Nacional: notas para su historia", EM, 170, 1903, 41.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Los monumentos nacionales", EM, 172, 1903, 30.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Los túmulos reales de la Capilla Mayor de la Catedral de Toledo", EM, 177, 1903, 88.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Recuerdos de un viaje por Huelva (1890)", EM, 180, 1903, 30.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Los puentes de la antigua Toledo", RABM, t. 8, Madrid, 1903,439.

1904.-

AMADOR DE LOS RIOS, RODRIGO, "Las ruinas de Iponoba", IEA, 2, 1904, 22.

131. AMADOR DE LOS RÍOS, R.: "El caudillo toledano Munio Alfonso", IEA, 21, 1904, 346.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Jose de Velilla y Rodríguez", IEA, 33, 1904, 142.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "El salón del Prado", IEA, 35, 1904, 174.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Las ruinas de Iponoba cerca de Baena (Córdoba)", IEA, 46, 1904, 343.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Las ruinas de Iponoba", IEA, 48, 1904, 389.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Recuerdos históricos de la invasión francesa (1809-1811)", EM, 186, 1904, 96.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Los fueros de los pobladores cristianos en la ciudad de Toledo", EM, 188, 1904, 68.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "El Niño de la Guardia y su martirio, según los documentos", EM, 192, 1904, 42.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Los restos mortales del rey don Pedro de Castilla y sus vicisitudes", RABM, t. 10, Madrid, 1904,105.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Toledo en los siglos XII y XIII, según los documentos mozarábigos", RABM, t. 10, Madrid, 1904, 243, 363, 408.

1905.-

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Lucena y su parroquia de San Mateo", IEA, 15, 1905, 238.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Los tesoros del rey Pompe", IEA, 23, 1905, 375.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Joyas del bordado en el siglo XVI", IEA, 29, 1905, 74.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "La leyenda del can de Pedro Suárez", IEA, 46, 1905, 355.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "El indulto inesperado", IEA, 17, 1905, 290.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Los Jardines del Buen Retiro. Notas para su historia", EM, 193, 1905, 80.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Madrid en 1833", EM, 195, 1905, 5.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Madrid en 1833", EM, 199, 1905, 44.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Madrid en 1833. Los conventos de las religiosas", EM, 203, 1905, 125.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "De la Alhambra. Notas de actualidad referentes al Palacio de Al-Ahmares", EM, 204, 1905, 106.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Monumentos de la ciudad de Jaén", RABM, t. 13, Madrid, 1905, 173.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Epigrafía arábigo-española: piedras prismáticas tumulares en Almería", RABM, t. 13, Madrid, 1905,315.

1906.-

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Monumentos perdidos del Madrid viejo", IEA, 24, 1906, 434.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "El Hospital de la Santa Cruz de Toledo y los monumentos nacionales", IEA, 34, 1906, 155.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Madrid en 1833", EM, 209, 1906, 25.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Una excursión a las ruinas de Medina Al-Zahrá", EM, 211, 1906, 19.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Madrid en 1833", EM, 213, 1906, 17.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "De arte mahometano: las murallas de Niebla", RABM, t. 15, Madrid, 1906, 212.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Epigrafía hispano-mahometana: piedra prismática tumular en Niebla", RABM, t. 15, Madrid 1906, 418.

1907.-

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "La cueva de Santa Leocadia en Toledo", IEA, 11, Madrid, 1907, 167.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Una excursión a las ruinas de Sisla, en Toledo", EM, 225, 1907, 5.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Mis visitas a los conventos (recuerdos del pasado)", EM, 228, 1907.

AMADOR DE LOS RÍOS, R.: "Capilla subterránea en la antigua Iglesia colegial de Santa Leocadia en Toledo", BASF, Madrid, marzo, 1907, pp. 37.

AMADOR DE LOS RÍOS, R.: "Atalaya o Torre de don Fadrique en el Convento de Santa Clara, de Sevilla", BASF, Madrid, 1907, 153.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Notas acerca de la Batalla de Lucena y de la prisión de Boabdil en 1483", RABM, t. 16, Madrid, 1907, 37.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "La leyenda de las sepulturas de Recesvinto y Wamba de Toledo (Santa Leocadia)", RABM, t. 17, Madrid, 1907, 327.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: “El descubrimiento de Comares”, La Alhambra, 1907.

1909.-

AMADOR DE LOS RÍOS, R.: "Estudio descriptivo de las pinturas murales de la Torre de las Damas en la Alhambra de Granada", BASF, Madrid, 1909,8.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Epigrafía. Inscripción visigoda de Antequera. Lápidas arábigas sepulcrales de Badajoz y Llerena", RABM, t. 20, Madrid, 1909, 43.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Notas de arqueología hispano-mahometanas en Sevilla", RABM, t. 21, Madrid, 1909, pp. 479.

AMADOR DE LOS RÍOS, R.: “De la Alhambra. Notas y pesquisas acerca de sus elementos suntuarios y de las pinturas murales de la Torre de las Damas”, EM, 1909, diciembre.

AMADOR DE LOS RÍOS, R.: “La casa del Rey Moro, en Ronda”, IEA, Madrid, 1909, 319.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: “De la huerta de Murcia”, EM, t. 241, Madrid, 1909, 27.

1910.-

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Epigrafía arábiga española: lapidas sepulcrales de la Puebla de Guzman (Huelva)", RABM, t. 22, Madrid, 1910, 95.

AMADOR DE LOS RÍOS, R.: “Añoranzas de Granada. Tradiciones inéditas: El albercon del negro, Ain-Adamar, y El Cristo de los Favores”, EM, t. 252, Madrid, octubre, 1910, 95.

AMADOR DE LOS RÍOS, R.: “Añoranzas de Granada: con motivo de la Gran Vía de Colón. El palacio de Seti; Meriem. Los restos humanos de La Tinajilla. Otros hallazgos”, EM, t. 258-260, Madrid, junio, julio y agosto, 1910. 33-55, 45 y 64.

AMADOR DE LOS RÍOS, R.: “Añoranzas de Granada. En el Albayzín y a propósito del Albayzín, EM, t. 263, Madrid, noviembre, 1910, 135.

AMADOR DE LOS RÍOS, R.: “Añoranzas de Granada. Santa Catalina de Zafra, etc.”, EM, Madrid, 1910.

AMADOR DE LOS RÍOS, R.: “La aviación en los cuentos orientales”, IEA, 1910.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: “De escultura religiosa”, La Alhambra (Granada), t. XIII, núm. 284, 1910, 4.

1911.-

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Informe sobre declaración de monumento nacional de las ruinas de Itálica", BASF, Madrid, 1911, 139.

AMADOR DE LOS RÍOS, R.: “La Alcaná deToledo", RABM, t. 24, Madrid, 1911, 48.

AMADOR DE LOS RÍOS, R.: "El castillo y del monasterio de San Servando de Toledo", RABM, t. 25, Madrid, 1911, 167.

AMADOR DE LOS RÍOS, R.: "Arqueología artístico-industrial: Los batientes de cobre de las puertas del Perdón de la Catedral de Sevilla y Córdoba", RABM, t. 24, Madrid, 1911, 401.

AMADOR DE LOS RÍOS, R.: “El acueducto sevillano de los caños de Carmona”, IEA, Madrid, 191, 343-346.

AMADOR DE LOS RÍOS, R.: “A propósito de Itálica y sus ruinas”, RHAI, Barcelona, 1911.

1912.-

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "El Museo de Antigüedadesitaliacenses de la excelentísima señora doña Regla Manjón, viuda de Sánchez Bedoya en Sevilla", RABM, t. 27, Madrid, 1912, 269.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: “Curiosidades toledanas. La cueva de Hercules”, EM, t. CCLXXXIV, Madrid, 1912, 53.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: “Curiosidades toledanas. Las momias de San Roman”, EM, t. CCLXXVII, Madrid, 1912, 122.

1913.-

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Riquezas perdidas: la Santa Vera Cruz de Caravaca y su Capilla en los últimos años del siglo XV", RABM, t. 28, Madrid, 1913, 226.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "De arte hispano-mahometano: Capiteles de la casa solariega del Gran Capitán en Córdoba (Museo Arq. Nacional)", RABM, t. 29, Madrid, 1913, 64.

AMADOR DE LOS RÍOS, R.: “Del aderezo de ciertas iglesias de la Orden de Santiago y de los objetos litúrgicos que poseían al final del siglo XV”, EM, 1913, abril, t. 292, 5-28.

AMADOR DE LOS RÍOS, R.: “El Convento de Santa Clara la Real, en Toledo”, Revista de Historia y de Genealogía Española, 1913, año II, número 3.

1914.-

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Las ruinas romanas del faro de Torrox (Málaga)", RABM, t. 31, Madrid, 1914, 221.

1915.-

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Notas arqueológicas: Antigüedades salvadas, perdidas y en peligro", RABM, t. 33, Madrid, 1915, 1.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Reliquias de los musulmanes en Cataluña", RABM, t. 33, Madrid, 1915, 173.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "La arqueta de la Catedral de Gerona", RABM, t. 33, Madrid, 1915,185.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Los alicatados del Monasterio de Poblet", RABM, t. 33, Madrid, 1915, 194.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Reliquias de los musulmanes en Cataluña. Tejidos", RABM, t. 33, Madrid, 1915, 200.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Errores inveterados: los supuestos "baños árabes" de Gerona", RABM, t. 32, Madrid, 1915, 385.

ZUAZO Y PALACIOS, J.: La villa de Montealegre y su Cerro de los Santos, Prologo de Rodrigo Amador de los Rios, Madrid, 1915.

1916.-

AMADOR DE LOS RÍOS, R.: "El Anfiteatro de Itálica", RABM, t. 34, Madrid, 1916,381; t. 35, 1916, 1.

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Acerca de la traslación del Museo Arqueológico Provincial", TO, 1916, nº 56, 1.

1930.-

AMADOR DE LOS RÍOS, R.: "Del arte hispano-mahometano; capiteles de la Casa solariega del Gran Capitán en Córdoba", BC, Córdoba, 1930, pp. 266.

1956.-

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Recuerdos de Córdoba: el Convento de las Capuchinas", BC, Córdoba, 1956, 116.

1954.-

AMADOR DE LOS RIOS, R.: "Epigrafía arábiga: capiteles arábigos con inscripción descubiertos en Córdoba", BC, Córdoba, 1954,287.

ABREVIATURAS

 Las abreviaturas se ajustan, en la medida de lo posible, a las de L’ Année Philologique; la relación de las más corrientes y de las no contenidas en el citado repertorio es la siguiente:

BASF - Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid).

BC - Bol. Real Acad. de Bellas Artes y Nobles Letras de Córdoba (Córdoba).

Bol. Esp. Exc. - Boletín de la Sociedad Española de Excursiones (Madrid).

CIL - Corpus Inscriptionum Latinarum (Berlín).

EM - España Moderna (Madrid).

IEA - Ilustración Española y Americana (Madrid).

MEA - Museo Español de Antigüedades (Madrid).

RABM - Revista de Archivos, Museos y Bibliotecas (Madrid).

RE - Revista España (Madrid).

RI - Revista Ilustrada (Madrid).

TO - Toledo (Toledo).

Bol. Soc. Arq. Toledo - Boletín de la sociedad arqueológica de Toledo.